En el medio de la pandemia, el aislamiento y la crisisbteatral se abre una nueva puerta con el teatro en streaming.
Los actores y actrices usan su creatividad en estos tiempos. Es el caso de German Tripel y Florencia Otero que vuelven a protagonizar el musical “Los últimos 5 años. Se trata de un hecho histórico en Latinoamérica en el medio de la cuarentena que 2 artistas puedan compartir escena.

 


 

¿Por qué ocurre esto? El protocolo que permite a cónyuges actuar sin distanciamiento social, entonces ellos comenzaron con este proyecto que ocurrirá en vivo y se podrá ver vía streaming en todo el mundo a través de PlateaLIVE.

La dupla trabajará  bajo la dirección de Juan Álvarez Prado, que ya dirigió la obra en tres exitosas versiones, proyecto por el cual Tripel fue nominado al premio A.C.E. en 2010.  Se suma Hernán Matorra en la dirección musical.

 

La pareja se conocieron trabajando en Teatro Musical cuando les llego la propuesta de protagonizar RENT en el Centro Cultural Konex, ahí flecharon amor y construyeron una de las parejas más duraderas del ámbito musical. De hecho, fueron padres de Nina. Si querés ser parte de “Los últimos 5 años” tenes la posibilidad de ver, hasta el momento, la única función que se llevará a cabo el 11 de septiembre en el Picadero.

Las entradas se consiguen por
https://www.plateanet.com/platealive/

¿De que va “Los últimos 5 años”?

La historia explora una relación de cinco años entre Jamie Wellerstein, un novelista de ascenso, y Cathy Hyatt, una  actriz poco exitosa.

El espectáculo utiliza una forma de storytelling en donde la historia del punto de vista de Cathy está contada en orden cronológico inverso (empezando la obra al final del matrimonio), y la historia del punto de vista de Jamie es contada en orden cronológico. Solo a mitad de la obra  se encuentran y generan el único nunero musical compartido  durante el casamiento de los protagonistas.

La historia basa su relato en el desencuentro como punto de quiebre de la relación, claramente no hay amor que sobreviva a la distancia que imponen las enormes diferencias entre un artista pleno y uno que cada día se hunde más.