Pareciera que esta fuera la expresión de alguien que está confundido, mareado y que no tiene claro que piensa respecto a algo.
Hoy no se que pensar.
No estoy habituado a esta expresión
No me caracteriza.
En términos generales mi relación con el pensar es impulsiva y compulsiva.
Me reconozco atravesado por un pensar dinámico que no determina ni decide a través de reflexiones sino de alguien que intuye y lo lleva a la cabeza para que el cerebro se apodere de lo intuido.
O quizás alguien que reflexiona de modo no previsible sino sin reconocer las estrategias de la reflexión,
se ve abarcado por una sensación o intuición repentina que le reclama participación y que germina cuando se toman decisiones
¿Intuyo luego existo?
Sea así o sea de otra manera jamás dije antes.
No sé que pensar pues me parecía una frase hecha que se utilizaba estereotipadamente en circunstancias sociales cuando algo nos superaba y terminaba siendo un modo de comunicarse con el otro.
Hoy sé que no se que pensar y el acento en el que
es lo determina la frase.
No se que pensar.
No se en que pensar.
¿Pienso en el teatro?
¿Pienso en la educación?
¿Pienso en la duración de la pandemia?
Pienso que estoy sobrecargado de información
¿Pienso en mi salud?
¿Pienso que el miedo es una herramienta válida para poner límites cuando el ser humano está por extralimitarse?
¿Pienso que esto será para siempre?
¿Qué pienso?
¿En que pienso?
¡Lo que necesito es NO PENSAR como pensaba!
Re-significar la confusión.
Antes la confusión me guiaba como piso para articular.
Hoy me expresa el no sabes en que pienso ni que pensar.
Y no ocuparme de averiguarlo.
Lo que pasa es real pero las opiniones de lo que pasa es otra cosa.
El virus existe.
Lo que yo pienso del virus y sus consecuencias no adquiere consistencia en mi.
Son miedos, opiniones o ilusiones.
Pienso que lo yo hago o intuyo es necesario que se transforme en acción.
No lo sé.
No saber que pasa, será una manera de enfrentarme a los acontecimientos
Mi intuición me guía .
Respetaré lo que siento y decido.
Cumpliré con la ley pero no seré la ley.
No hablaré de lo que no sé.
No hablare pero buscare las vías por las que pueda seguir accionado y articulando cada cosa que intuya que debo hacer.
A sabiendas de que nadie sabe que pensar ni como pensarlo, mantendré el intento de serenarme y haré lo que intuya .
Tengo fe infinita en mi capacidad de querer el bien.
Tengo fe infinita en la capacidad de todos de querer el bien.
Es una opción a elegir.
Los que sepan, lo que piensan, que hablen
El resto a obrar acorde a su naturaleza.
Y entender que lo nuevo de está “Nueva Normalidad” para mi es que no se que pienso de lo es, de lo que fue y de lo que será
Obrare por intuición.