El coronavirus vino a poner sobre el tapete nuevamente un dilema entre lo colectivo y lo individual. No solo me cuido a mi, sino que me cuido para cuidar a otros. Mi acto solidario se contrae a mi cuidado personal. Si me cuido te estoy cuidando. Lo colectivo se cuida cuidándolo, pero no siempre es así de claro y contundente. Lo colectivo y lo individual dialogan constantemente en nuestro terreno de trabajo. En el teatro y el arte percibo que ese diálogo está friccionando. En varios ámbitos está creando rispideces.

La Asociación que lidera a los actores y la que lidera a los empresarios ven aparecer acciones que intentan discutir o hasta hackear las acciones colectivas. El tiempo vigente habilitó que la iniciativa individual apareciese, si el logro de lo colectivo no se sentía suficientemente representativo y separarse así del total. En la Asociación de Actores (AAA) se vive, por primera vez en mucho tiempo, la aparición de un grupo de jóvenes (ACTA) que reflexionan sobre aspectos que antes solo reflexionaba Actores. En la Asociación de Empresarios (ADET) sucede igual.

 


 

Hace unos días un artista/productor expresó que estaba listo para avanzar con lo que había articulado en su sala teatral para poder abrir y fue rechazada esa comunicación por el colectivo de empresarios.

Lo colectivo y lo individual se enfrentan.

Es positivo que esto suceda, no que se peleen pero si que discutan entre sí.

La sensación de que hay otros que me representan y dialogan por mí pasó a ser discutido por algunos.

 

 

 

¿Es mejor estar en grupo para pelear o estar solo?

¿Hay colectivos que nos representan en todo a todos?
Lo individual ,históricamente siempre existió, y si llegaba lejos, transformaba lo colectivo, para conformar en un nuevo colectivo, o era absorbido por el colectivo preexistente. El poder finalmente va hacia el poder mayor. Es ley. Lo individual que triunfe como gestión pasará a ser colectivo y eso sucederá si fue útil y necesario, decisivamente aprobado por mayorías.

¿Es mejor estar en grupo para pelear o estar solo? Depende.
El grupo pelea mejor si está bien articulado.
Lo individual pelea mejor si el objetivo es honesto.

Pero esta también el camino de la araña.

El camino de la araña es el camino intermedio. Es trabajar construyendo red que nunca termina de ser un colectivo uniforme, pero que sí articula deseos y necesidades de acuerdo a lo que se teje en el camino, de manera que la telaraña protege a la araña.

La red la protege.

Trabajar en red no siempre es trabajar en forma horizontal.
Son muchas las opciones y creo que debemos alternar sin enquistarnos en una de las formas.

La red de lo individual y lo colectivo, son vías útiles de poder. Entre sí se necesitan. Dialogan. Discuten. Unas modifican a las otras.

Lo colectivo debe incluir a lo individual y lo individual no puede excluir lo colectivo. El trabajo de la araña en la construcción de la red debe recorrer los caminos anteriores en forma oscilante, y la potencia de lo útil surgirá de esos diálogos. El liderazgo ideal devendría de la síntesis de estas fuerzas unidas.

Y así, cuidando mi mirada personal, me uniré a lo colectivo mientras me represente y me alejare cuando lo necesite. No dejaré de tejer mi red para bien de todos, y con el coronavirus ,me cuidare a mi para cuidar el colectivo. Deberé saber que lo que entiendo por cuidado varia según las miradas. Hay miradas colectivas, otras individuales y otras en red como en el teatro. Como en la vida.