Autentica, visceral y sincera. Así es Griselda. Empezó su camino muy chiquita. Transito una etapa fuerte de estudio y formación. En esta entrevista cuenta su camino y como forjo su pasión por el escenario. Las criticas. Sus amigos del medio. Su primer audición y confiesa – entre risas – “Siempre odie las audiciones”. Su paso por “El Descueve” como una de las experiencias más importantes. La llegada de la popularidad y sus experiencia en el musical – “Por momentos lo amo y otros lo odio” – dice.
Una artista TODO TERRENO, con una personalidad única y particular.
¿Que recordás de tu camino de estudiante?
Estudie mucho de todo. Una época de estudiante compulsiva. Mi primera formación es la danza, con mi profesora de danza. Entre a los 10 años a la Escuela Nacional de Danzas, me recibí de profesora y de interprete de danza contemporánea. Hice la carrera del estado, a nivel nacional. Después estudie un montón para entrar a los conservatorios de música y ¡entre a los dos! A nacional “Manuel de Falla” y al municipal “Lopez Buchardo”. Hice la carrera de canto Lírico. Fueron épocas de mucho estudio. Siempre estudie actuación, hice toda la escuela de Hugo Midón y Nora Moseinco. No paraba. Después, siempre seguí con mis clases de danzas, nunca abandone la danza, ¡No te podes dejar de formar nunca en esa área!, es mi área troncal.
¿Cuál fue la primera audición que quedaste?
Siempre odie mucho las audiciones, y las audiciones multitudinarias. Me he frustrado mucho y tampoco quede en muchas. Recuerdo una muy divertida que quede, tenia 19 años y el espectáculo se llamaba “Lo mejor de los movies”, ahí buscaban bailarines que pudieran manejar muñecos porque había teatro negro. Fui mi primer trabajo cobrando por actores, era muy chiquita.
Hablemos del Descueve, ¿Cómo fue la experiencia?
Fue inolvidable. Una experiencia que me marcó. Estuve una temporada reemplazando a Maira Bonard, que estaba recién parida de su segundo hijo. Fue muy única, en el sentido que fue la primera vez de admirar mucho algo y tener que estar en ese espacio. Había visto “Hermosura”, era un éxito y había transitado varios festivales. En ese momento iban hacer una temporada de la obra por los 15 años de la compañía en el Paseo La Plaza y me tomaron un prueba para hacer el número más importante que hacía Maira. Era muy complejo técnicamente y expresivamente. Ana Frenkel y Carlos Casella me tomaron una audición, me acuerdo un sábado a la mañana. Es una de la experiencias más importantes, de mayor entrega, seguro después he tenido otras pero esa fue fundacional. Tenia 25 años. Fue aprender todos los días con esos genios, adorados. “Hermosura” era un viaje artístico muy flashero, era volar a nivel técnico, interpretativo y emocional. La intensidad de
“El Descueve” me la lleve para siempre, me sentí familia en esa conexión de intensidad. Encontré mi tribu y mi lugar.
Siempre es hermosa la anécdota de la crítica de Tan Modositas, ¿Cuán importante es una crítica de diario para el teatro independiente?
No sé en cuento tiene que ver la critica con que la gente se acerque a un espectáculo. Pero sí, es verdad, que cuando haces algo a pulmón y con mucho esfuerzo, sin apoyo de nadie como hacíamos con Vir Kauffman en “Modositas”. “Esa” crítica de La Nación fue importante, además en esos días Moira Sotto escribió en Pagina 12 sobre nuestro dúo en una sección muy importante y feminista para la época, recuerdo que Hugo Midón hizo una recomendación en Revista Ñ y Pablo Gorlero escribió la crítica en La Nación sin tener nosotros agente de prensa, fue gente que se acercó por recomendación a ver nuestro espectáculo. Siempre lo relaciono con la pasión y el amor con que hicimos “Modositas”, fue un amor tan genuino y tan puro al expresar lo que nosotras sentíamos en ese momento de nuestra vida, todo lo que nos vino después a las dos a raíz de haber hecho ese dúo, fue mágico. Teníamos necesidad y profunda de dos artistas. Además, Vir es mi preferida del mundo, la amo con todo mi corazón
Te llego la popularidad con Revista Nacional, hasta Pinti hablo de tu trabajo ese estreno, ¿Te esperabas que ese espectáculo iba ser un antes y después?
No lo esperaba, era un muy buen trabajo para mi. Audición multitudinaria, días y días de pruebas. Admiraba mucho a los coreógrafos que eran Mauricio Wainrot y Oscar Araiz, ellos pudieron ver más allá del lenguaje de los artistas de musical porque todos estábamos en esa audición. Fue un shock de película, al otro día ver que hablaban de mi en la tele. Pinti buscó en el programa mi nombre para decírsele a gente: ¡Miren a esta chica!. Me lo acuerdo como un mañana donde no podía creerlo. Fue hermoso.
¿Cómo fue tu experiencia en Sweet Charity?
Fue una belleza. Otra audición, todavía seguía audicionando y eran colas por Avenida Corrientes. Ahí compartí mucho con Deborah Turza, una amiga, otro amor total que gane en estos años de trabajo. Talentosa, hermosa y graciosa. Compartimos un camarín diminuto juntas y hablábamos todo, la experiencia tuvo mucho que ver con ella. Con Flor (Peña) por supuesto, que ya nos cocíamos de Revista Nacional y siempre nos admiramos mutuamente. Me hice muchas amigas ahí, Laura Conforte y Vane García Millán. Tenía el numero de Big Spender y era un fuego.
¿Que musical te gustaría protagonizar?
¡Esta es muy difícil! Por momento amo el musical y por momentos lo odio (Risas). Me cuesta mucho encontrar un musical que me guste para ir de miércoles a domingo al teatro hacerlo. Necesito crear nuestras propias cosas, estoy inventando con grupo de pares. Hay muchos musicales que me encantan pero que para ir hacerlo todas las noches son muy antiguos. Los mejores musicales son los de Fosse, porque son muy bailados y eso me encanta. Me toco hacer uno de los mejores porque Charity lo es, sin dudas. Me cuesta mucho, tendría que ver el momento de la vida y el ofrecimiento. Tengo épocas que me copo con algo y voy.
Tu dupla perfecta para un show musical…
Tu dupla perfecta para un show musical…
Carlos Casella es mi marido. Hemos hecho muchos y tenemos pensado uno para cuando podamos hacerlo. Siempre estamos pensando el próximo.
¿Extrañas el teatro? ¿Hay proyecto en mente para la vuelta?
Por supuesto, muchísimo. Es lo que más extraño el escenario. Puedo estar sin hacer tele o cine pero el teatro me cuesta y lo siento en el cuerpo. El proyecto más cercano, con respecto al teatro, es una obra que escribió Jorgelina Aruzzi para mi y además me va dirigir. Es un proyecto que estamos pensando hace varios años. Es una obra tremenda, divina y creo que a todo el mundo le va gustar mucho. Me encanta y no veo la hora de poder hacerla.